domingo, 3 de mayo de 2015

El Camino ha sido largo...

Recuerdo como si fuese ayer cuando un 9 de enero, soleado como de costumbre a este lado del Mediterráneo, mi profesor de inglés entró a clase tan solo unos segundos después de que sonase el timbre y nos comentó que tenía algo que decirnos y que estaba seguro que nos emocionaría. Lo cierto es que no se equivocaba. Cuando empezó a hablando de que la fundación Amancio Ortega ofrecía 200 becas para ir a Canada o a EEUU empecé a prestar atención. Nos dijo que los requisitos eran altos, pero que eran asequibles para algunos de los alumnos: requerían, como mínimo, un 7'5 en la nota media del curso de 3ero de la ESO y un 8 en la nota final en inglés de ese mismo curso. Afortunadamente cumplía los requisitos: tenía 9'91 de media y un 10 en inglés. Una vez dejó de hablar, nos dijo que hiciéramos una serie de ejercicios mientras se paseaba por las mesas para comentar cosas sobre la beca. Se acercó a diferentes compañeros, que le decían que no se sentían preparados. Conforme se aproximaba a mí y me miraba, yo pensaba en que respuesta podía darle porque no tenía nada claro, eran demasiados sentimientos chocando entre sí al mismo tiempo, me sentía como un salmón que intenta nadar río arriba. Por un lado sabía que esto sería lo más épico que podría pasar en la vida, pero por otro lado pensaba en mi familia y amigos, que era la principal razón por la que dudaba. Una vez hube llegado a mi casa me dispuse a preguntar a mis padres durante la comida, los cuales me dijeron que si estaba seguro de que me convalidarían todo y me sentía preparado, lo intentase.
Apenas cuatro días antes de que acabase el plazo de inscripción me decidí a solicitar la beca. Solo 4 días... Estuve a punto de no pedirla por culpa de la procrastinación, que infortunadamente me es inherente xDD. Sin embargo, gracias al rápido trabajo de mis padres y de los secretarios, jefe estudios y director del centro al que asisto, el IES Juan Antonio Fernández Pérez, pude solicitar la beca.

Una semana después, mientras realizaba un trabajo en casa de un amigo, una compañera, que también solicitó la beca, me mandó un mensaje muy dichosa en el que me imploraba a ver las listas de seleccionados, yo bastante consternado me fui a Google Chrome e intenté acceder desde mi teléfono, pero como siempre algo sucedió: se me había olvidado la contraseña xD. Al momento de darme cuenta de esto, me llegó un mensaje de otra compañera, que me dijo que me habían seleccionado, esta vino sin rodeos xD.
Aquí se me presentó uno de los dilemas de mi vida, pues era consciente de que la fase más difícil era la primera, ya que no dependía de mí el que me escogieran o no, al menos no directamente, sino de mis notas de 3ero y de la Declaración de IRPF de mis padres. En parte, prometí a mis amigos que si me escogían y la segunda fase, una prueba escrita, era fuera de nuestra ciudad me retiraría, pero que no quería dejar pasar una oportunidad así y ni siquiera solicitar la beca.

Tras ponerse en contacto conmigo la fundación, solicité hacer el examen en la ciudad de Málaga, pues es la ciudad más próxima a mí. Este traslado tuve que costeármelo por mi cuenta, pues solo establecían puntos de encuentro para asistir a esta segunda fase en ciudades donde más de 15 personas hubiesen sido seleccionadas. Melilla no fue una de ellas. Afortunadamente allí tengo mucha familia, por lo que pude alojarme con mis tíos paternos. Mi prima, hija de ellos, es filóloga, así que gracias a sus conocimientos, pudo darme bastantes consejos sobre qué debería poner y qué no, cómo debería poner esto o aquello, si debía usar abreviaturas o no en función del tipo de texto y un largo etcétera que se prolongó la duración de una comida.
Al llegar al hotel, vi a una gran cantidad de personas, todos parecían bastante nerviosos y yo me sentía raro, pues para nada estaba nervioso, tan solo un tanto inquieto. A las 4 en punto de la tarde, ni un minuto más, ni un minuto menos, nos pidieron unas señoritas amablemente que las acompañásemos bajando unas escaleras que nos llevaban a una especie de sala con una puerta abierta casi al final de esta. Una vez se abrieron nos dispusimos a entrar. Ahora se abría ante nosotros un pasillo con dos mesas: en la más alejada atendían a los solicitantes de Canadá, y en la más cercana a los de EEUU, que es a la que yo me dirigí. Conforme íbamos entregando los papeles nos decían que fuésemos al final del pasillo, donde nos esperaba una gran sala en la que tanto estudiantes que querían ir a Canadá, como los que querían ir a EEUU, haríamos el examen de forma conjunta. Los padres y/o tutores entraron por una puerta que caía a la izquierda del pasillo, como a la mitad de este.
A mi lado se sentó un chico bastante simpático de Canadá que, debo decir, estaba más atento a las chicas que al propio examen jajaja. Eso, sumado a que un chico, supongo que con problemas de audición, obligó a que las dos señoritas que se encontraban asistiéndonos tuvieran que parar el audio dos veces hizo que me relajara aun más de lo que ya estaba, pues yo siempre tenía presente las palabras de mi profesor de inglés: "es ya un honor para mí, que uno de mis alumnos haya llegado hasta esta fase". Estas palabras tenían dos efectos en mí: primero, hacían que me tranquilizase y, segundo, me animaban a dejar bien alto el nombre de mi instituto y de todos los profesionales que trabajan en él. El examen no me resultó demasiado fácil si quitamos el hecho de que estaba en mi mundo y no me enteré de que solo ponían los audios una vez jajaja, afortunadamente me percaté de esto en el tercer audio. Esto fue lo que, principalmente, hizo que cuando vi a mi tío y a mi padre en la puerta esperándome con una gran sonrisa, les dijera que no estaba demasiado contento con la prueba y que habían probabilidades de que pasase, por supuesto, porque de 600 elegidos para EEUU, continuarían 300, así que de cada dos pasaría uno, tenía un 50% de probabilidades.

Una semana después, debo felicitar a la fundación Amancio Ortega (de ahora en adelante FAO) pues el tiempo en que corregían todas las pruebas y presentaban a los seleccionados era increíblemente corto, entré en la página de la FAO y pude ver cómo mi nombre volvía a aparecer en la lista de seleccionados. De nuevo, lo que se apoderó de mi cuerpo no fue felicidad, sino duda. Volvía a estar entre dos aguas: pensar en mi futuro o en mi lánguido presente... Decidí, gracias a las sabias palabras de las sabias personas que siempre me han rodeado que debía pensar en quién seré sin dejar de pensar en quién soy. Esta paradoja hizo que el gran galimatías que me atosigaba se resolviese cual ecuación de tercer grado al usar Ruffini.
Esta 3era y última fase consistía en una entrevista en la que, supuestamente, había que elegir un "topic" (tema) y exponerlo durante cinco minutos a un jurado, y digo supuestamente porque esto no lo leí xDD. Así que cuando llegué a casa el día de la entrevista me dispuse a elegir el tema, pues minutos antes una amiga de Sevilla me acababa de decir que había que hablar sobre un tema. Los minutos pasaban y no me decidía, así que dejé en manos del azar el tema que escogería y cómo lo enfocaría, algo bastante temerario ahora que lo pienso en frío xD.
Eran las 5 de la tarde y el ordenador comenzó a vibrar. Me estaban llamando desde FAO USA 2 (el 2 es por el grupo que me tocó). El tribunal estaba compuesto por un hombre de edad avanzada con espesa barba y pelo canoso y una mirada gentil que transmitía toda la serenidad y paz que en ese momento podía necesitar. A su lado se sentaba un joven que por lo pronto, parecía que solo iba a escuchar y dejaría hablar a su compañero una vez me hubo preguntado por qué nombre me parecía bien que usasen para dirigirse a mí. Yo les dije que "Tony" me parecía bien, a lo que ellos asintieron y automáticamente dieron comienzo a la entrevista. Me pidieron que hablase sobre el topic elegido. En este momento el mundo se me vino encima, no sabía qué hacer. Pero recordé las palabras de mi profesor de inglés y miré por la ventana. Vi como mi vecino, de origen marroquí y musulmán, ayudaba a otro vecino, de origen español y cristiano, a cargar algún tipo de plancha de metal en una furgoneta, en ese preciso instante sabía de qué hablaría, cómo o enfocaría y exactamente, qué palabras usaría, jamás lo había tenido tan claro. Elegí como tema "La multiculturalidad en Melilla". A medida que hablaba de él me hacían preguntas como: ¿Te importaría vivir en Alaska?, ¿Y en Hawai?, ¿Y si te mandásemos con una familia de otra raza?...
Yo hablé de lo que me gustaría estudiar y me dijeron que, como ya soy consciente, necesitaría un centro donde pudiesen impartir un buen nivel en matemáticas, así que me preguntaron a continuación: Si te mandásemos a un pueblo de 112 habitantes, ¿aprenderías matemáticas por tu cuenta? Yo, sin pensarlo mucho y animado por el hecho de superarme cada día y ver eso como otro gran reto, asentí. Cuando me preguntaron sobre cómo aprendí inglés les dije que nunca había ido a ninguna academia de inglés, que mis conocimientos venían de lo aprendido en el instituto, de Youtube, de la música y por culpa de mi hermano, que de pequeño hacía que viese los dibujos animados en inglés, algo que hoy en día le agradezco, así como que levantase en mí la pasión por la música rock y punk anglosajona.

Esta vez esperé unos 10 días, tiempo que pasó muuuy lento, pero debo decir que valió la pena esperar tanto tiempo. Me enteré el martes 17 de marzo de 2015 a las 14:15 durante la clase de historia, en la que le hacíamos una fiesta al profesor sustituto, pues ya se marchaba. Cuando me enteré solo se lo dije a 3 personas y a mi profesor. No estaba nada convencido de ir, por lo que ver que había vuelto a pasar y esta vez definitivamente, me sumergió en un mar de dudas que día tras día se iba secando. Debo decir que no me sentía eufórico porque no sabía qué hacer, estaba tan preocupado de dejar atrás todo que no me pude centrar en lo realmente importante: había sido seleccionado de entre 6000 personas además de otras 99 personas para ir a EEUU, mi futuro iba a cambiar y lo sabía, pero no me percaté hasta que fueron pasando los días. Finalmente, de ese mar de dudas, cada una de las olas de discordia que surcaban el gran océano que es mi mente se fueron apaciguando con las palabras de seguridad, confianza y emoción por ir a EEUU que cada uno de los integrantes del grupo de WhatsApp me ha transmitido a lo largo del tiempo que llevo en él. Cada uno tiene un pasado, un presente y TODOS tenemos un futuro común que está relacionado por una cosa: ¡TODOS vamos a estudiar en EEUU durante un curso completo! Un saludo a tod@s vosotr@s pues sois una de las razones por las que ahora estoy decidido al 100% a no echarme atrás y aprovechar esta inimaginables oportunidad :D .